Los 13 mejores abogados Concursales en Álava

Preguntas Frecuentes

¿Cuánto cobra un abogado por su trabajo en un proceso de concurso de acreedores en Álava?

En cualquier caso, los honorarios de un abogado por su trabajo en un proceso de concurso de acreedores en Álava suelen oscilar entre los 3.000 y los 5.000 €. Es importante tener en cuenta que esta cifra puede parecer elevada, pero hay que considerar que la tramitación del concurso de acreedores puede extenderse durante más de un año.

Los honorarios de un abogado en un proceso de concurso de acreedores pueden variar dependiendo de varios factores, como la complejidad del caso, el volumen de deudas y acreedores, así como la duración y la cantidad de trabajo necesario para llevar a cabo el proceso. Además, es posible que el abogado también cobre gastos adicionales, como los honorarios de un procurador, los cuales también pueden variar en función de la complejidad del caso.

¿Cuál es la función de un abogado concursal en Álava?

La función de un abogado concursal en Álava es asesorar y representar a empresas y particulares que se encuentran en situaciones de insolvencia económica o incumplimiento de sus obligaciones financieras. Su principal objetivo es buscar soluciones legales para reestructurar o liquidar las deudas de sus clientes.

El abogado concursal tiene la tarea de analizar la viabilidad de la empresa y evaluar las opciones disponibles para superar la situación económica complicada. Esto implica llevar a cabo negociaciones con los acreedores, asesorar en la solicitud de un concurso de acreedores, representar a la empresa en el proceso de liquidación, entre otras funciones.

En el caso de las empresas en quiebra, el abogado concursal también se encarga de gestionar la liquidación de los activos y la distribución de los fondos entre los acreedores. Además, asesora a los administradores y directivos de la empresa en temas legales relacionados con la insolvencia.

¿Cuál es el alcance del derecho concursal?

El alcance del derecho concursal abarca todos los aspectos relacionados con el concurso de acreedores, desde su inicio hasta su finalización. El objetivo principal del derecho concursal es lograr una solución equitativa y ordenada para la reestructuración o liquidación de las deudas de una persona física o jurídica que se encuentra en situación de insolvencia.

El derecho concursal regula tanto los aspectos procesales como los sustantivos del concurso de acreedores. En términos procesales, establece los procedimientos y plazos para la declaración del concurso, la designación del administrador concursal y la tramitación de las distintas fases del proceso. En cuanto a los aspectos sustantivos, se encarga de determinar los derechos y obligaciones de los acreedores y deudores, así como las reglas para la clasificación y satisfacción de los créditos.

Además, el derecho concursal también abarca la regulación de los efectos del concurso sobre los contratos en vigor, la suspensión de las ejecuciones individuales de los acreedores, la posibilidad de alcanzar acuerdos de refinanciación y la supervisión de la actividad del deudor durante el concurso. Asimismo, establece mecanismos para la liquidación de los activos del deudor en caso de que no sea posible su reestructuración.

¿Cómo surgió el derecho concursal?

El derecho concursal en el derecho español nació en la baja edad media, cuando ya se hablaba sobre la quiebra de los comerciantes. En esta época, el comercio y la actividad económica comenzaban a expandirse, lo que llevó a un aumento en los casos de insolvencia y quiebra empresarial. Ante esta situación, se empezaron a desarrollar normas y procedimientos legales para regular la resolución de estas situaciones.

Doctrinalmente, en España se dividía el derecho concursal en dos sistemas: el italiano-liberal y el español-oficial. El sistema italiano-liberal se basaba en la libre actuación de los acreedores y los deudores, mientras que el sistema español-oficial se caracterizaba por la intervención del Estado en la resolución de los casos de insolvencia. A lo largo de los siglos, el derecho concursal español ha ido evolucionando y adaptándose a las necesidades y cambios de la sociedad, incorporando nuevos mecanismos y herramientas para garantizar la protección de los derechos de los acreedores y de los deudores en situaciones de insolvencia.

Preguntas Frecuentes

¿Cuáles son los requisitos para ser abogado concursal?

Para ser abogado concursal se requiere tener una sólida formación jurídica, generalmente adquirida a través de la obtención de un título universitario en Derecho. Además, es necesario contar con experiencia en el ámbito del derecho mercantil y tener conocimientos especializados en el ámbito de los concursos de acreedores.

Además de los requisitos académicos y de experiencia, es importante que un abogado concursal tenga habilidades como la capacidad de análisis, la capacidad de negociación, la capacidad de trabajar bajo presión y la capacidad de comunicación efectiva. También es necesario mantenerse actualizado sobre la legislación y las prácticas relacionadas con los concursos de acreedores.

¿Cuál es el proceso de un concurso de acreedores?

El proceso de un concurso de acreedores comienza con la presentación de la solicitud por parte del deudor o de uno o varios acreedores. A partir de ahí, se lleva a cabo un proceso de evaluación de la situación financiera del deudor, en el que se determina si cumple con los requisitos para ser declarado en concurso.

Una vez declarado el concurso, se nombra a un administrador concursal que se encargará de gestionar los activos y pasivos del deudor. A partir de ese momento, se inicia un proceso de negociación con los acreedores para intentar alcanzar un acuerdo que permita la reestructuración de la deuda o la liquidación ordenada de los activos.

Durante el proceso, se llevan a cabo diversas etapas, como la comunicación de créditos, la realización de informes de viabilidad, la aprobación del convenio concursal, en caso de que se logre alcanzar un acuerdo, y la liquidación del patrimonio en caso de que no se pueda llegar a un acuerdo.

¿Cuándo es necesario contratar a un abogado concursal?

Es necesario contratar a un abogado concursal cuando una empresa o persona física se encuentra en una situación de insolvencia que le impide cumplir con sus obligaciones de pago. En este caso, es fundamental contar con el asesoramiento legal de un abogado especializado en concursos de acreedores.

Un abogado concursal puede ayudar en la presentación de la solicitud de concurso, en la negociación con los acreedores, en la elaboración de un plan de reestructuración de la deuda, en la defensa de los intereses del deudor frente a posibles acciones legales de los acreedores y en la liquidación ordenada de los activos en caso de que sea necesario.

¿Qué sucede después de la declaración de concurso?

Después de la declaración de concurso, se inicia un proceso de gestión y administración de los activos y pasivos del deudor por parte del administrador concursal. Este proceso tiene como objetivo principal la satisfacción de los derechos de los acreedores dentro de los límites establecidos por la ley.

Durante este proceso, se llevan a cabo diversas acciones, como la realización de inventarios y valoraciones de los activos del deudor, la comunicación de créditos por parte de los acreedores, la elaboración de informes sobre la viabilidad de la empresa, la negociación con los acreedores para alcanzar un acuerdo de reestructuración de la deuda y, en caso de que no sea posible, la liquidación de los activos para pagar a los acreedores.

Además, el administrador concursal tiene la responsabilidad de supervisar y controlar las operaciones del deudor durante el concurso, garantizando que se cumplan las disposiciones legales y los acuerdos establecidos.

¿Cuál es la diferencia entre un abogado concursal y un administrador concursal?

La diferencia entre un abogado concursal y un administrador concursal radica en sus roles y responsabilidades dentro de un proceso de concurso de acreedores.

Un abogado concursal es un profesional del derecho que asesora y representa al deudor en el proceso de concurso de acreedores. Su función principal es proteger los intereses y derechos del deudor, brindando asesoramiento legal, negociando con los acreedores y elaborando estrategias para la reestructuración de la deuda o la liquidación ordenada de los activos.

Por otro lado, un administrador concursal es una persona designada por el juez para gestionar y administrar los activos y pasivos del deudor durante el concurso. Su función es garantizar la satisfacción de los derechos de los acreedores, realizando acciones como la comunicación de créditos, la valoración de activos, la elaboración de informes y la supervisión de las operaciones del deudor.